Microbiótica, la gran desconocida
Dietas ricas en grasas, bajas en grasas, bajas en carbohidratos, Paleo, veganas, etc., es difícil no perderse entre tanta dieta y tendencia, y elegir la mejor para nuestra salud.
La dieta influye significativamente en la composición de la microbióta intestinal, y se ha documentado que la forma en que la microbióta intestinal metaboliza nuestros alimentos podría ser incluso más relevante…
La flora intestinal, llamada “microbiótica“, está formada por múltiples microorganismos que viven en nuestro sistema gastrointestinal y su existencia suponen un beneficio para nuestro cuerpo y nuestra salud, ya que regulan el desarrollo y la función de las barreras mucosas y nos protegen frente a otros gérmenes.
La microbióta la conforman trillones de células microbianas de cientos de especies distintas de bacterias, que empiezan a colonizar nuestro cuerpo desde el nacimiento y funcionan como si de un órgano se tratase. Es de una plasticidad tremenda, no hay dos personas con una misma flora y en un mismo individuo varía en función de factores asociados a la dieta, la edad, el índice de masa corporal, el sexo o las enfermedades sufridas. Pequeños cambios en ella pueden suponer auténticos choques para nuestro bienestar. De hecho, distintos estudios relacionan una flora alterada con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas, renales e inmunológicas.
Estas bacterias tienen una numerosa cantidad de funciones que nos ayudan a regular nuestra salud:
- Producción de vitaminas como B12, ácido fólico, niacina y vitamina K.
- Extracción calórica y digestión.
- Mantenimiento de la pared intestinal y protección contra malas bacterias.
- Regulación del sistema inmune y la inflamación.
- Producción del butirato, un ácido graso de cadena corta, que alimenta el cerebro y el intestino.
- Pérdida de peso y regulación del apetito.
- Producción de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.
Son ya muchos los estudios y científicos que aseguran que la clave de nuestra salud global se encuentra en el intestino.
Uno de los consejos que todos hemos escuchado más habitualmente es consumir probióticos (microorganismos vivos que cuando son administrados en cantidad adecuada confieren un efecto beneficioso sobre la salud del huésped, según la definición de la Organización Mundial de la Salud). Se encuentran en yogures y lácteos fermentados, además de suplementos como:
• Pro intestinal adultos: http://bit.ly/2GU4TIS
• Pro intestinal infantil: http://bit.ly/2GQFtvS
Lactoflora® son un protector intestinal para adultos y niños, es un simbiótico (mezcla de probióticos – 4 cepas diferentes- y fibra prebiótica) con vitaminas y Aloe vera. Contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario, contiene baja cantidad de azúcar y no lleva gluten! Perfectos para suplementar a todos en la familia.
Recuerda es posible favorecer nuestra salud y la de nuestra microbiótica mediante una correcta alimentación y con un suplemento como Lactoflora® cuando lo necesites.
Así que basa tu dieta en alimentos de origen vegetal, incorpora los alimentos de origen animal, en función de tus necesidades y en menor cantidad.
Que tú base nutrición sean las verduras, hortalizas, las frutas y los frutos de cáscara, sobre todo las legumbres, las semillas oleaginosas y los cereales, preferiblemente de tipo integral (grano entero).
Tampoco podemos olvidar el aceite de oliva virgen extra (AOVE) es la grasa de adición prioritaria y después los alimentos de origen animal, como pescados, huevos y carnes blancas, dejando las carnes rojas para ocasiones. Los lácteos podemos tomarlos a diario, sino somos intolerantes (sobretodo yogur natural) u optar por bebidas vegetales de calidad. Y por supuesto, debemos evitar todos los ultraprocesados.
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